Entradas

Imagen
                                                **LOS DOCE ESPADAS DE HÍSPALIS** En el año de Nuestro Señor de 1314, en la posada de la pequeña villa de el Morejón, en los tiempos de lucha, donde los nobles Caballeros Templarios rescataban los lugares sagrados de sus terribles cruzadas. Dentro de estos nobles Caballeros destacaba uno, su nombre; Sir. Thómas Preire Martán, noble y robusto caballero que defendía su orden, pero que dentro de él, se escondía un oscuro secreto que lo atormentaba día y noche. Thómas, temía que su mayor secreto saliese a la luz y su orden se viese condenada. Durante una de tantas noches, cuando todos descansaban después de un largo día, Thómas se despertó y miró a sus once Caballeros y con voz susurrante expresó; ¡¡Oh mis leales nobles, espero y deseo que vuestras almas estén con Dios!! Se levantó, tomo su espada y saliendo de la posada, se e...
Imagen
                                                      ¡¡ Y NO ME VEÍAS!! Allí estabas, apenas al alcance de un abrazo mío ¡¡Y no me veías!! Que historia se paseaba al otro lado de aquella ventana, que atravesabas con esos ojos hundidos, sombríos y tan tristes ¡¡Es la vida...Opá!! Esa vida tuya, que tan dura ahora te ha venido, con lejanos recuerdos y recientes temores, te vi tan encogido y tan desprotegido, ¡¡Y no me veías!! Quise gritar tan fuerte como pudiese, para que supieras que te extrañaba ¡¡Para que me vieses Opá!! Solo eso, no pedía mas. Fui testigo de dolor aquél día... Cuando te esforzabas por calzarte y cada uno de los zapatos, se hallaba en él pie equivocado, y lloré... Poco a poco te estabas ausentando de mi vida, te escapabas irremediablemente de la razón, de la realidad de tu vida, pasada y presente, caminabas lentamente hacía e...
Imagen
                                                     ** DEUDAS EN LA MEMORIA**                                   (2º Premio III Certamen Literario, relato cofrade. Montellano 2012) Yo el anterior, hijo de Dolores y de Gonzalo soy, mi nombre; Gonzalo por arte de palabra, y debo establecer que deudas en la memoria dejé, sin pagar a mi mismo. Sucede que una vez, cuando niño fui, cuando tal vez no se es consciente de la realidad, porque a esa temprana edad sólo vives en un mundo de sueños y felicidad; he de reconocer que por unos días al año, temores sentía. Noches de primavera, en las que en brazos de la tía Gertrudis, veía aproximarse hacia mí túnicas con capas y antifaces, rodeadas de un halo de misticismo que provocaban las innumerables velas que portaban, proyectando a ...